domingo, 18 de febrero de 2018

JOSÉ MANUEL Y LA VIRGEN DE GRACIA






Ermita de la Virgen de Gracia. Villamor de Cadozos.
    
   En esos momentos de encuentro, que se producen en los hospitales, surgió un tema desconocido para mi: El amor que José Manuel profesaba a la Virgen de Gracia, venerada en la ermita de su mismo nombre, en Villamor de Cadozos.


Acceso principal a la ermita de la Virgen de Gracia.

   Hace unos días, con motivo del ingreso hospitalario de la madre de José Manuel, salió el tema de las Romerías de Nuestra Señora del Castillo, de Fariza (más conocida como la "Romería de los Viriatos") y de la Virgen de Gracia.


Vista del camerino de la Virgen
   Me contaba la señora Ana que Villar del Buey también tenía "pendón", símbolo y representación de su pueblo; pero en cierta ocasión (que lo llevaban en procesión) fallaron los cordones o "vientos" que lo sujetaban y cayó al suelo, con tan mala suerte que, en su caída, cogió a una niña debajo y la mató. Por dicho motivo lo "conjuraron" y no ha vuelto a salir en procesión.
   Me comentaba que la virgen de Gracia era y es una virgen muy querida para todos los de Sayago; y es en este "recordar" cuando me dijo que siendo José Manuel muy niño le ocurrió un grave percance, o lo que hoy denominamos "accidente doméstico". 
   Para "arrosiar" el horno (calentar el horno para hacer el pan) fue ella a buscar unos troncos de encina; en esta "jera" le acompañaba su hijo, José Manuel (de escasa edad), que traía una rama de piorno. Una vez llegó a las proximidades del horno arrojó los troncos a su interior, como acostumbraba en otras ocasiones. 
Todo era normal pero cuando José Manuel arrojaba su rama de piorno al horno, sin que su madre se percatara de tal acción infantil, una llamarada de fuego salió por la boca del horno  y ésta prendió en su pelo.
   La señora Ana exclamo:" Virgen Santísima de Gracia,¡Ayúdame!", al tiempo que con su mandil de faena cubrió la cara y la cabeza de su hijo (para apagar las llamas de su pelo) objetivo que consiguió, aunque el pelo se le quemó.
  Avisado el médico del pueblo éste acudió para poner un posible remedio al accidente. Al ver al pequeño con el pelo quemado, y contarle cómo habían ocurrido el hecho, le dijo a la señora Ana que al taparle los ojos (y el resto de la cabeza) con el mandil, había salvado a su hijo de una segura ceguera. 
   Este acontecimiento quedó grabado "a sangre y fuego" (y nunca mejor dicho) en la mente infantil de un niño, de José Manuel. Dicha  afirmación es tan cierta como el hecho que me relataba su madre: "Antes de empezar cada curso escolar (cuando se fue a estudiar primero al Seminario Menor de Toro y posteriormente al Seminario Mayor de Zamora en Salamanca) nunca faltó su visita a la ermita de la Virgen de Gracia en Villamor de Cadozos a la que acudía desde Villar del Buey en bicicleta; lo mismo ocurría cuando finalizaba el curso.
   Tan fuerte era su devoción a la virgen, bajo la advocación de Nuestra Señora de Gracia, que al ser nombrado por el señor obispo párroco de Bermillo de Sayago (y encargado de otras parroquias próximas, entre ellas la de Villamayor de Cadozos) su primera misa o Eucaristía la celebró en la ermita de Nuestra Señora de Gracia.

Jesús Castro Domínguez.

jose-manuel-lopez-fadon.blogspot.com