IV ENCUENTRO DE LOS ALUMNOS DE INGRESO DE JULIO DE 1964

José Manuel: Un año más hemos tenido "nuestro encuentro" el sábado, catorce de julio. A la vez que nosotros tuvieron su "I ENCUENTRO" los alumnos de varios cursos posteriores, los del curso de Belarmino, Olegario, Fernando Velasco (el hermano de José Miguel), Lucas, Filemón, etc.;en total se reunieron unos veinticinco, junto a la hermana y el cuñado de Gregorio Rodríguez ( al que mató un rayo en las vacaciones del verano en que terminó 1º.
 Aquí apreciamos varios momentos de la recepción de participantes de ambos cursos:

A dicho acontecimiento se unieron, como ya es costumbre, las esposas que pudieron y desearon ( en este día fueron Juany y Pauly, las de Miguel y Eusebio); lo mismo que alumnos del curso posterior al nuestro (Máximo Ruiz y Manuel Lozano) o tres anteriores (Francisco Álvarez Regueras y hermano de Herminio, uno superior al nuestro).

A las 10:30 tuvimos la celebración de la Eucaristía, presidida y animada por Luis Miguel Rodríguez "Luismi" y "su guitarra". Eucaristía de acción de gracias, a la vez quede ofrecimiento por los compañeros y profesores ya fallecidos. Fue una pena que no pudiera quedarse, más tiempo con nosotros, porque las obligaciones pastorales lo requerían por su parroquia de "Cristo Rey".

Terminada la celebración siguió la charla entre los participantes; ya unido al grupo don Agustín Montalvo, comenzó el paseo por el patio y las instalaciones del centro. Siguieron el "reportaje fotográfico" primordiálmente realizado por el esposo de la hermana de Gregorio Rodríguez.
Terminado el mismo ambos cursos tomaron rumbos distintos: Los "pequeños" se fueron a una visita guiada a las bodegas "Porto", con comida incluida; los "mayores" nos fuimos a realizar otra visita guiada al castillo o cárcel y a la bodega de la cámara agraria para ir seguidamente a "tomar un vino tinto de Toro" a una terraza junto al ayuntamiento.

He aquí algunas de las "instantaneas" tomadas en el centro docente:

Hermana de Gregorio Rodríguez y Máximo Ruiz.

Después de una suculenta comida en el "Castilla", como el año pasado, nos fuimos a dar un reposado paseo por Toro. En  el mismo volvimos a coincidir con algunos de los componentes del grupo de los "pequeños", hablando y recordando vivencias de años pasados.

  Rematamos la "Jornada festiva" en la terraza del Taurus, junto al arco de Corredera, y después de un largo coloquio partimos cada cual para su destino, no sin antes acordar la fecha de nuestro próximo "ENCUENTRO ANUAL" quedando fijado el mismo para el penúltimo sábado de junio del 2019.  Ya no tenéis "disculpas" para decir que no me habéis avisado, que tengo que cuidar a la "mascota" de mi hijo, o...... a mis nietos, .... 
  Ha sido un día completo y repleto de sorpresas y alegrías por reencontrarnos con antiguos compañeros y amigos, muchos de los cuales hacía años que no veíamos.
¡Os esperamos para el siguiente encuentro!
Sabed que podéis venir acompañados.Quedan nuestros brazos abiertos para recibiros.

Jesús Castro Domínguez.

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JOSÉ MANUEL: ¡HA FALLECIDO, TU MADRE, LA SEÑORA ANA!

   José Manuel: Ayer, dieciocho de abril del año 2018, falleció tu madre en una mañana de primavera en el hospital "Virgen de la Concha, de Zamora.
   Ya al atardecer fue trasladada, al tanatorio de vuestro pueblo de Villar del Buey en tierras de Sayago; allí recibió "visitas y oraciones" de familiares, amistades y vecindad. Al igual que a ti, le falló el corazón.
   Hoy, 19 de abril, celebramos la Eucaristía de funeral, con gran acompañamiento de sacerdotes y fieles, y luego llevar su cuerpo al campo santo para darle sepultura.
   En el tiempo que estuvo hospitalizada, en el "Virgen de la Concha" de Zamora, o en el periodo de recuperación, en la enfermería de la Residencia de Mayores de "Los Tres Árboles", e incluso en otros momentos de encuentro con ella y con tu hermana Isabel, tuvimos muchos momentos de conversaciones sobre la fuerte amistad que nos une; surgieron recuerdos y añoranzas de los once años que estuvimos estudiando tu y yo en Toro y Salamanca, y en tiempos posteriores a la terminación de nuestros estudios en común, incluso la gran amistad entre nuestras familias al completo.
   Ha sido muy duro volver a tu pueblo para participar en un nuevo enterramiento familiar pero nuestra fe, en ir al encuentro con Nuestro Padre-Dios al partir de este mundo o vida terrenal, nos proporciona consuelo y alegría.
   Tu madre ansiaba volver a verse con su marido y con su hijo; tu muerte no fue capaz de superarla y asumirla, ello la llevó a irse "enterrando en vida" día a día, a pesar de estar, el resto de la familia, vecinos y amigos, pendientes de ella.
   Descanse ya junto a vosotros y junto a Dios. Que sea acogida en la Casa del Padre-Dios por la Crucifixión, Muerte y Resurrección de Jesucristo que se entregó para la Redención de toda la "Humanidad".

   Jesús Castro Domínguez.


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JOSÉ MANUEL Y LA VIRGEN DE GRACIA

Ermita de la Virgen de Gracia. Villamor de Cadozos.

    

   En esos momentos de encuentro, que se producen en los hospitales, surgió un tema desconocido para mi: El amor que José Manuel profesaba a la Virgen de Gracia, venerada en la ermita de su mismo nombre, en Villamor de Cadozos.

Acceso principal a la ermita de la Virgen de Gracia.

   Hace unos días, con motivo del ingreso hospitalario de la madre de José Manuel, salió el tema de las Romerías de Nuestra Señora del Castillo, de Fariza (más conocida como la "Romería de los Viriatos") y de la Virgen de Gracia.

Vista del camerino de la Virgen

   Me contaba la señora Ana que Villar del Buey también tenía "pendón", símbolo y representación de su pueblo; pero en cierta ocasión (que lo llevaban en procesión) fallaron los cordones o "vientos" que lo sujetaban y cayó al suelo, con tan mala suerte que, en su caída, cogió a una niña debajo y la mató. Por dicho motivo lo "conjuraron" y no ha vuelto a salir en procesión.

   Me comentaba que la virgen de Gracia era y es una virgen muy querida para todos los de Sayago; y es en este "recordar" cuando me dijo que siendo José Manuel muy niño le ocurrió un grave percance, o lo que hoy denominamos "accidente doméstico". 
   Para "arrosiar" el horno (calentar el horno para hacer el pan) fue ella a buscar unos troncos de encina; en esta "jera" le acompañaba su hijo, José Manuel (de escasa edad), que traía una rama de piorno. Una vez llegó a las proximidades del horno arrojó los troncos a su interior, como acostumbraba en otras ocasiones. 
Todo era normal pero cuando José Manuel arrojaba su rama de piorno al horno, sin que su madre se percatara de tal acción infantil, una llamarada de fuego salió por la boca del horno  y ésta prendió en su pelo.
   La señora Ana exclamo:" Virgen Santísima de Gracia,¡Ayúdame!", al tiempo que con su mandil de faena cubrió la cara y la cabeza de su hijo (para apagar las llamas de su pelo) objetivo que consiguió, aunque el pelo se le quemó.
  Avisado el médico del pueblo éste acudió para poner un posible remedio al accidente. Al ver al pequeño con el pelo quemado, y contarle cómo habían ocurrido el hecho, le dijo a la señora Ana que al taparle los ojos (y el resto de la cabeza) con el mandil, había salvado a su hijo de una segura ceguera. 
   Este acontecimiento quedó grabado "a sangre y fuego" (y nunca mejor dicho) en la mente infantil de un niño, de José Manuel. Dicha  afirmación es tan cierta como el hecho que me relataba su madre: "Antes de empezar cada curso escolar (cuando se fue a estudiar primero al Seminario Menor de Toro y posteriormente al Seminario Mayor de Zamora en Salamanca) nunca faltó su visita a la ermita de la Virgen de Gracia en Villamor de Cadozos a la que acudía desde Villar del Buey en bicicleta; lo mismo ocurría cuando finalizaba el curso.
   Tan fuerte era su devoción a la virgen, bajo la advocación de Nuestra Señora de Gracia, que al ser nombrado por el señor obispo párroco de Bermillo de Sayago (y encargado de otras parroquias próximas, entre ellas la de Villamayor de Cadozos) su primera misa o Eucaristía la celebró en la ermita de Nuestra Señora de Gracia.

Jesús Castro Domínguez.

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LOS "MARCELINO": MARCELINO GUTIERREZ Y MARCELINO LEGIDO.

  ¡Marcelino!
 Si, Marcelino, ese era el nombre de dos personas y ambas sacerdotes con dos apellidos distintos (Gutierrez y Legido), y de dos provincias distintas (Zamora y Ávila) pero ambas de Castilla y León.
   La Opinión - El Correo de Zamora (en el verano de 2017) ha dedicado varias páginas, muy merecidamente, a don Marcelino Gutiérrez  Pascual (nacido en Vezdemarbán en los años cuarenta), sacerdote diocesano de Zamora ordenado en los años sesenta y habiendo dedicado la mayor parte de su vida y su labor pastoral a los habitantes de las tierras alistanas, en la raya de Portugal.

Marcelino Gutierrez Pascual. (Publicada en "La Opinión-El Correo de Zamora).

 La comarca de Aliste, le "impuso" la "capa alistana de honras" como símbolo y agradecimiento a los desvelos continuos que tuvo con sus gentes y sus tierras.

Marcelino Gutierrez Pascual. (Publicada en La Opinión-El Correo de Zamora).

 El otro Marcelino  se apellidaba Legido López y nació el 9 de enero de 1935 en San Esteban de Zapardiel (Ávila). Fue un gran profesor de la Universidad Civil de Salamanca; renunció a su cátedra y se fue a estudiar teología. Se ordenó presbítero en la diócesis de Salamanca. Fue uno de los grandes pensadores del siglo XX ; su obra versó sobre el "Diálogo entre el Cristianismo y el Comunismo".
   Cuando toda la clase intelectual eclesiástica lo veía como la gran promesa del profesorado de la Universidad Pontificia de Salamanca, él renunció a "cargos y prebendas" y se retiró a ejercer como sacerdote en una parroquia rural de Castilla y León, en el Cubo de don Sancho (Salamanca), también en la raya con Portugal.

Marcelino Legido López. (Publicada en el blog de Xavier Picaza).

¡Si, José Manuel! Ellos eran los dos sacerdotes, los dos "Marcelino", que eran nuestros "señuelos", modelos o ideales que intentaríamos "imitar" cuando alcanzáramos nuestra meta "vocacional y profesional". Era la primera mitad de la década de los setenta, en nuestro periodo de preparación seria (intelectual y espiritual) para el ejercicio del sacerdocio, eran los años en que estudiábamos aquel nuevo plan de estudios eclesiásticos, el "Quinquenio Filosófico-Teológico".
   En estos años nos planteábamos nuestro futuro de vida para entregarla a los demás, especialmente a los pobres y más necesitados. Forjábamos y diseñábamos nuestro proyecto de vida con minuciosos detalles y profundas convicciones morales y religiosas.
   Tu seguiste "sus estelas" y te entregaste a los más necesitados; al principio ( recién terminados tus estudios y Licenciatura en Estudios Eclesiásticos") te fuiste a Zarzaquemada (distrito del municipio de Leganés) en la Comunidad de Madrid. Allí viviste durante dos años realizando prácticas pastorales en una parroquia  del mundo obrero; y como tal obrero trabajaste en la factoría de la "John Deere Ibérica S.A." en la ciudad de Getafe, en el puesto más insignificante (recogiendo las "virutas" de los tornos). Cómo me acuerdo cuando me decías que era el trabajo que mejor te servía para acercarte a las personas, a los compañeros de trabajo.
   Un ocho de octubre, cuando transcurría el año 1977, fuiste ordenado presbítero en tu pueblo de Villar del Buey por don Eduardo Poveda. Aquí comenzó tu entrega como sacerdote en los pueblos de Aliste, vecino de Marcelino Gutierrez, y terminaste en los de Sayago (31/10/2009) siendo párroco de Bermillo y encargado de otras muchas parroquias sayaguesas ( además de profesor de Religión en el Instituto de Bermillo).

 Todo tu fuiste  entrega y donación personal, profesional y espiritual. No cesó tu "inmolación" por los demás.
José Manuel:¡Muchas Gracias! por haberme hecho partícipe, de muchos momentos, de tu vida. ¡Gracias!

Jesús Castro Domínguez.

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